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Aunque las comparaciones son odiosas, en España hay un pueblo rodeado de cascadas donde te sentirás como si estuvieras en los Alpes suizos. El entorno natural es espectacular, de enorme belleza. Hablamos de Bielsa, una preciosa localidad situada en pleno corazón del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en la provincia de Huesca.
Bielsa, un paraíso para los amantes de la naturaleza
La historia de Bielsa se remonta al siglo X y su ubicación estratégica, en las faldas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, entre los ríos Cínca y Barrosa, la hacía fácil de defender. Durante la Guerra Civil en 1938, la 43ª División del Ejército Republicano quedó atrapada en esta región, llevando a la evacuación de los habitantes de los pueblos cercanos hacia Francia. Bielsa fue bombardeada y arrasada, resultando en la destrucción de casas y puentes, dejándola en ruinas. Tras la guerra, los habitantes regresaron y se reconstruyó el pueblo, manteniendo su aspecto original.
«Situado a las puertas del valle de Pineta, este típico pueblo pirenaico ha sabido conservar sus tradiciones más singulares. Entre ellas destacan, sin duda, sus carnavales, los más famosos de Aragón y uno de los más antiguos de España.
El Ayuntamiento de Bielsa es un edificio renacentista del siglo XVI, caracterizado por su singular belleza al estar tallado en piedra. Este edificio, junto con la Plaza Mayor de estilo pirenaico, han sido reconstruidos con gran fidelidad a su aspecto original, lo que resalta su valor histórico y cultural», detalla la web de Turismo de Aragón.
El Museo Etnológico de Bielsa está dedicado a profundizar en el valle de Bielsa, su comunidad y su cultura desde sus orígenes hasta el presente. Este museo ofrece una representación detallada mediante ilustraciones, fotografías y documentación, incluyendo aspectos relevantes de la Guerra Civil para comprender la identidad y la historia de la región.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVI y sometida a múltiples reformas, alberga en su interior el sarcófago del Santo y Anacoreta Froylán del siglo IV. Es un elemento histórico muy importante dentro de su estructura.
El puente de Sorripas, situado sobre el río Barrosa, antes de su unión con el río Cinca, ha desempeñado un papel histórico crucial en la región. En épocas pasadas, fue un punto de tránsito vital para los viajeros que provenían de Francia. En el siglo XIV, el rey Pedro IV otorgó el derecho de pontazgo o peaje al puente, lo que implicaba que aquellos que cruzaban por él estaban obligados a pagar una tasa.
Ruta de los Llanos de La Larri
La ruta que conduce a los Llanos de La Larri es una excursión muy popular en la zona, especialmente porque es corta, sencilla y perfecta para realizar en familia, incluso con niños pequeños. Se trata de un recorrido circular que abarca alrededor de 6 kilómetros y tiene una duración aproximada de una hora. Durante este tiempo, se pueden apreciar los hermosos paisajes del Valle de Pineta, que están adornados por extensos bosques de hayas, ofreciendo una experiencia natural y pintoresca.
La ruta comienza en una explanada cerca del Parador de Bielsa. Tras visitar la Ermita de Nuestra Señora de Pineta, un camino marcado conduce hacia los Llanos de La Larri. El recorrido hasta la Pista de Larri es increíble, entre árboles como hayas, abetos y acebos. Avanzando por el sendero, dejarás atrás el denso bosque y te adentrarás en un área con pinos dispersos.
Al continuar, llegarás a los Llanos de La Larri, donde quedarás impresionados por los majestuosos picos y las impresionantes cascadas. Puedes prolongar el recorrido hasta el final del valle y descubrir las cascadas del Barranco de La Larri, ampliando así la ruta.
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